Un día Colombia estuvo acorralada por las atrocidades de cualquier derivado de la violencia moderna. Narcotráfico, guerrilla, paramilitares, terrorismo, corrupción; y todo esto junto, trajo por décadas pobreza, desplazamiento forzado, desempleo, falta de confianza en el país y muchos otros colaterales.
En esta sociedad acorralada nos ha tocado enfrentar los enemigos más temidos y con el corazón en la mano salimos en múltiples ocasiones a marchar aun sin tener clara cual era la solución; yo soy de esos Colombianos que desde un colegio público salió a marchar haciendo ver al problema que ellos eran miles y que los buenos éramos millones.
En esa misma época los Venezolanos venían a Cúcuta a enfrentar la moneda de Goliat contra la moneda de David. Pero acá en esta tierra de corazones llenos de entusiasmo simplemente se esperaba a que llegara el Venezolano con sus "riales" a salvar el día, a que se llevara lo poco que había, para su país; para nosotros esta siempre fue una oportunidad, el Venezolano con mucho poder adquisitivo comprando de dos en dos sin pedir rebaja.
Esa frontera de oro empezó a palidecer y en Colombia hace más o menos 15 años entendimos que nuestro vecino rico estaba empezando a transformarse en algo que no entendíamos del todo.
En esos quince años Colombia no ha podido sacar a su población de la pobreza, en esos quince años los desplazados siguen esperando que alguien les responda por su situación, en quince años los paras, los guerrillos y los corruptos han hecho ciertos acuerdos buscando la salida, acá se sienta a coquetear la izquierda con la derecha en las piernas de los del centro, pero bueno, de todo eso podemos decir, que aún tenemos fe y vemos que un gobierno lleno de mermelada maneja a su antojo el congreso y a ciertos medios de comunicación para seguir dando tombos en la historia de este país joven.
Todo esto que digo se puede ver en los medido nacionales e internacionales sin beto alguno; acá nosotros mismos destapamos las atrocidades de nuestro piripio sistema intentando corregirlo; y bien dijo el fiscal de un asesinato que conmovió a todos los Colombianos:
"nos pasamos 50 años justificando a los que mataban en nombre de la justicia social; cuando eso se desbordó empezamos a justificar a los que mataban en nombre de la defensa social. En ese saco de justificaciones estuvo antes, durante y después el narcotráfico. Y cuando todo eso nos superó empezamos a justificar la violencia a través de la justicia" y con esto se resume esa verdad que se cree que nadie conoce; hasta hoy en Colombia, todos los actores han fallado; menos los menos favorecidos; esos que viven en esos cinturones de miseria que el estado ha abandonado aun no fallan, aun no olvidan esas raíces de gente de bien, trabajadora y honesta, y por eso el riesgo de quererse quedar aplica mejor en estas zonas donde los vecinos mantienen pendientes los unos de los otros, en diciembre cierran la cuadra y celebran con pólvora, marrano y mucha alegría, dejan que sus hijos se críen con los del resto, y aunque no tengan un peso en el bolsillo se gastan su aguadepanela en cualquier visitante que llega, y si es un extranjero con más legría se la entregan.
Así que con todo respeto, Carola Chávez, son ciertas muchas cosas que dices, pero no con la decidía que lo expones, en Colombia tenemos intacta nuestra historia y no es necesario que destapes cortinas que ya han sido lavadas; o que al menos las tenemos en nuestro balcón de la historia listas para que todas las vean así nos duela; más bien te invito a que vengas a donde un Venezolano sin dinero puede llegar, lejos de esos límites lujosos y compruebes que hasta el Colombiano más humilde recibirá con todo su amor a su nuevo vecino Venezolano y seguramente lo defenderá de ambientes hostiles que por cierto son parecidos a esos de la gran Caracas en las montañas donde nisiquiera tu como Venezolana vas.
Entonces, esos Colombianos que salen y que no se dejan derrumbar por artículos pueden enseñarte que acá aun nos movemos, que acá estamos buscando como no dejar que la justicia muera ciega y a título personal me inquieta el echo de imaginar que Venezuela está dejando que el gobierno siembre el sentimiento de amenaza entre dos pueblos que nacieron juntos y que no tienen con que pelear más que con la sangre de mis parceros y con la sangre de tus panas.