octubre 17, 2020
La vida se puede definir como una secuencia de actos y experiencias diarias que en su conjunto se armonizan y generan un único tono.
El tono en el que decides vivir tu día a día puede ser hermoso o estridente y al fin será tu propia tonalidad, tu propia monotonía. Nadie vive en varios tonos su vida, la monotonía es nuestra propia vida.
Una vida de sabiduría es aquella que con aceptación y disfrute llevamos entendiendo lo que es bueno y lo que es malo para al final vivir siempre en el bien.
En nuestro día a día suelen haber suficientes cosas buenas como para estar felices y tranquilos, y así mismo cada día traerá cosas nuevas y distintas porque al igual que la oruga, por más que seamos felices tenemos que aceptar el cambio y el fin. Son nuestros sueños lo que nos permite disfrutar el camino cada día que abrimos los ojos y son nuestras propias inconformidades y la falta de conocimiento de nuestras propias riquezas lo que hace que nos aburra nuestro presente y que notemos nuestra realidad con vacíos.
Aquel que siente su vida vacía o con carencias tiene un problema de perspectiva. La visión que permite encontrar lo llenos que estamos es la que viene del interior, de nuestro propio principio.
En algún texto encontré que no es una hazaña pequeña conservar la serenidad y el valor por la vida cuando se dificulta tomar decisiones que satisfacen la carne y el ego. Hoy que no podemos acceder a tantas cosas materiales como viajes, comidas, reuniones sociales, etc, es difícil realmente encontrar que es en nuestro interior donde está la felicidad de decidir, de descubrir, de aprender y que no necesitamos el entretenimiento del mundo exterior para sentir que estamos conformes con el estar.
Cuando la monotonía te esta cansando revisa realmente si todo eso qué haces en el día a día no viene de tus propios sueños, plegarias y esperanzas y si no mereces parar y disfrutar una y otra vez esos logros, así, con monotonía. Esos padres que tienes a tu lado mas tiempo, esos hermanos que ya casi no veías, esos hijos que ya ni sentías, los ojos de quien amas y que le reclamabas tiempo. Vive y aprovecha este momento para entender un poco mejor el sentido de tu existencia.
¿Para donde te quieres ir? Ten la seguridad que el mundo va seguir y tarde que temprano regresaremos al estrés del día a día, a los años en los que sólo descansamos 15 días, a las ganas de ahorrar para comprar eso que no necesitamos, a la oportunidad de sorprendernos todo el tiempo con experiencias innecesarias.
Al final sería magnífico entender que la monotonía es cualquier estilo de vida, que de la monotonía nadie se escapa y te haces víctima cuando no te sacias o afortunado con ella cuando eres feliz y estás tranquilo aceptando que todos los días hay cambio y progreso así no lo sientas.
Que quede dicho qué ningún ser humano tendrá vida suficiente para acceder a todos los placeres que el mundo dispone y es en vano la vida que se destina a criticar el presente y estar con ansias del mañana.
Piensa en lo siguiente: ¿es nuestro sistema de consumo un error o somos nosotros un error del sistema cuando decidimos parar y valorar lo que somos realmente?
Es trágica la vida del hombre terco que muere intentando llevar la carga que no puede mover y no se libera de ella haciéndose esclavo de su sueño.
La única manera en que es aceptable ir deprisa es cuando huyes. El resto de veces disfruta de tu camino.
Y para terminar:
Que poco basta para ser feliz. Amar tu único tono de vida, tu monotonía.